Si lo pensara, no haría casi nada de lo que hago.

Si lo pensara, no diría nada de lo que digo.

Si lo pensara, no miraría las cosas que miro, ni respiraría por la nariz y por la boca, ni tocaría las cosas que sueño.

No saltaría los escalones, si lo pensara.

No cataría el vino antes de olerlo. No me equivocaría. No subiría hasta el cuarto andando. No andaría descalza en invierno, ni me bañaría con agua helada en verano. No iría a la playa ni tomaría el sol. De hecho, me arrepiento de todo lo que hago cuando lo pienso.

Si lo pensara, dejaría de hacer tantas cosas que hago…

Si lo pìenso, dejaré de hacer tantas cosas que tengo por hacer, tantas cosas que no hago y que sueño que, si lo pienso, es mejor no pensar. Y luego se verá si me arrepiento.